*Marcus*
Quería poder leer su mente en estos momentos.
Ella tenía los ojos cerrados, pero su cara no estaba relajada, sus manos se movían con impaciencia, una en su pecho y la otra sobre mi brazo, ambas se negaban a mantenerse quietas por más de dos segundos.
Empecé a recordar todas esas canciones que mamá me ponía de niño y las empecé a tararear.
Ahora cuando las escucho me pongo histérico.
El mundo real no es así.
Las cosas no son así.
Las personas se odian, luchan entre ellas.
Unas son más depredad