Planeando alejarme...
Pasada la media noche cada quien regresó a su hogar, había sido un día agotador, de camino a casa, Lissette le hizo este comentario a su hermana Karen.
— Mi ardilla, te abrí la posibilidad de que Farid Aziz piense en tí— dijo muy tranquila Lissette.
Karen se volvió con los ojos como platos diciendo:
— ¡No entiendo de qué hablas hermana! ¡Espero que no hayas cometido una indiscreción!— dijo con voz de alarma.
— Mi ardilla, tú me conoces y bocona no soy— se justificó ella bostezando.
— ¿No vas a decir que fue lo que dijiste Lissette Romano?— exclamó Karen preocupada.
— Mi ardilla no te angusties — se defendió Lissette — solo le dije, que tú no lo considerabas un peligro al invitarlo a compartir nuestra mesa, porque él era un hombre comprometido.
— ¡Ay Lissette! ¿Por qué hiciste eso? ¡Ahora sabrá que estuvimos hablando de él!— exclamó Karen contrariada.
— ¿Y eso, qué?— dijo ella— ¿Acaso es un delito?
— ¡Ay Lissette, me estás exponiendo con Farid! De seguro pensó: « Miren a la mujer ésta