Capítulo 56. Ser sincera.
Emma agradeció el silencio y la calma de la casa para pensar en su situación mientras doblaba mantas limpias y las colocaba dentro de un armario en el área de lavandería.
Solo ella, la cocinera y los vigilantes se encontraban dentro de la propiedad, lo que le concedía un ambiente ideal para mantenerse serena y así tomar decisiones determinantes.
Llamó a sus padres dispuesta a aclarar con ellos los temas que tenían pendientes. Por seguridad, y para mantener la paz mental de ellos, decidió ocultarles muchas verdades, como la difícil relación que tenía con Marco y el sitio donde había huido escapando de él.
Era hora de sincerarse con sus padres y hacerlos partícipes de los cambios que su vida tendría en el futuro.
—¿Emma? —respondió la voz de su madre, cargada de reproche y alivio a la vez—. ¡Por fin decides llamarnos! ¿Por qué nos castigas con tanto silencio?
—Hola, mamá, disculpa —contestó en voz baja, sintiendo cómo su garganta se cerraba—. ¿Cómo están? Yo he tenido que ocuparme de va