Narrado por Amy Belmonte
La luz tenue y fría de la mañana está bañando nuestros cuerpos, al igual que lo hace el sudor que nos está cubriendo en esta cama. Nuevamente mis gemidos son protagonistas, al igual que escuchó detrás de mí a los pertenecientes a Luke. Otro sonido que se puede escuchar con claridad es la vibración del juguete que tengo dentro de mí.
Al llegar al apartamento de Luke, hicimos el amor, ya después nos quedamos rendidos. Hasta ahora, que lo hemos vuelto hacer. Tal vez mi novio tenga batería ilimitada, tampoco es que me quejará con lo ingenioso que es en las formas en las que me expresa su amor.
—Tu culo no para de apretar mi verga. ¿Tanto te gusta? — cuestiona él, bueno, haciendo eso.
—Lo amo, lo amo — gimo perdida en el placer que me da la doble penetración que estoy disfrutando.
—Sé que lo amas. Desde la primera noche me lo diste, no te pudiste resistir — me martiriza.
Más me aferro a la sábana y más fuerza pongo en mis rodillas. Estoy en un trance de placer difí