Capítulo 90. Besos ardientes.
Una vez que pudieron controlar la situación en el pueblo, Ryan se quedó a cargo del orden mientras Kyle y Cory acudían en un vehículo hacia las cuevas con ropas para todos.
Varios ya habían perdido la transformación y se ocupaban, junto a quienes quedaron convertidos en lobos, de llevar los cadáveres de los vampiros y de los hombres bestias a la cueva. Los sepultarían en lo más profundo para que nadie pudiese alcanzarlos.
—¡Qué hijo de puta! —se quejó Loki, recorriendo todo el lugar por quinta vez con el rostro encendido por la furia.
—¿Ni siquiera encuentras un rastro? —preguntó Maddox con fastidio, sin dejar de abrazar ni acariciar a Alana, a quien tenía sentada sobre él, envuelta en una frazada y ya convertida en humana.
La loba se recuperaba del golpe que le había propinado el engendro. Le había dislocado un hombro y, aunque ya él se lo había puesto en su lugar, ella no dejaba de sentir dolor.
—Nada, el maldito miserable se esfumó. ¿Cómo mierda puede ser eso posible?
El cuerpo apl