Capítulo 97.
Paso la noche en mi propia habitación dentro de la mansión, no voy a mentir, si me sentía aterrada con la idea de que Adan decidiera venir y hacerme algo desagradable en medio de la noche, pero para mí buena fortuna eso no ocurre, y tengo una noche tranquila pero fría.
Con cada segundo que paso aquí extraño más y más la manada del Sur, dejando de pensar en esta ciudad como mi hogar, añorando el calor y las sonrisas de las personas, no este lugar frio donde no tengo ni un solo amigo, incluso los sirvientes son fríos y no hay espacio para la felicidad.
A la mañana siguiente al despertar me sorprendo escuchando algunos golpes en mi puerta, algo dudosa decido abrir, encontrándome de frente con Adan, quien lucía tan serio y enojado como la noche anterior cuando decidí abandonarlo en medio de la comida.
Pensé que era mi fin, que él había venido a ajustar cuentas conmigo por haberlo rechazado. Así que mentalmente me preparé en menos de un segundo, ya que a pesar de que me sentía aterrorizada