La atmosfera se puso un poco tensa y Daniel sencillamente miraba hacia un costado. Quería que se fuera de una vez. En la cita que había compartido a él le cayó muy mal su actitud y le fastidiaron los temas de conversación que sacaba, preguntaba constantemente por sus hijos. Era una manera vulgar de demostrar el interés que tenía por Daniel, utilizar a sus hijos para llegarle.
- Le decía a Mary que eras tú y ella no quería creerlo. ¿Qué estaría haciendo Daniel Crusher con una jovencita en un lugar así? – Y se volteó a mirar a Deanna.
- Hola – Le dijo Deanna, pero ella no le respondió. Estaba esperando que Daniel diera una explicación.
- ¿Este es tu estilo ahora? – Eso era muy grosero de su parte.
- Disculpa, pero puedo oírte también – Lynda la miró.
- ¿Y quién eres? –
- Soy Deanna, mucho gusto. –
- Hola ¿y eres…? –
- La prometida de Daniel – Lynda se rio.
La situación estaba escalando. Estaba tratando de menospreciarla con un descaro absoluto y siendo grosera, ni siquiera la conocía. ¿