SAMANTHA

Habia pasado unos maravillosos días con mamá, le conté lo sucedido con Marco, omitiendo que me tocó, le prometí llamarla con más frecuencia, y vistarla de nuevo, pronto. Finalmente, volví a mi casa, todo estaba ordenado, la puerta reparada, aún tenia la alarma y las cámaras instaladas, así que tendría que acostumbrarme a usarlas.

Aún necesitaba una inversión de capital, asi que, con tristeza, llegué a la conclusión de que debía cerrar.

Llegué a la tienda, debía hablar con Julia, tendría que buscar otro empleo, y yo también, tal vez en alguna boutique o algo parecido a lo que hacía, pero lo que fuera, estaría bien.

- ¡Sam, que bueno que llegaste! te está esperando un tal Antonio, dice que es abogado de Gabriel, lo hice pasar a tu oficina.

Me extrañó mucho que él estuviera aquí, no sabía que quería, pero obviamente tenía que averiguarlo, entré a la oficina y lo vi.

- Samantha, hasta que la conozco, debo decir que sé mucho de usted - dijo dándome la mano, - estoy aquí en repre