Una hora después Arthur y Beatriz llegaron a la mansión Blanchett, la llevaba cargada en sus brazos para que no se esforzara de más
- yo puedo caminar por mi cuenta
Le reprocho ella, nunca le gusto verse débil, pero en realidad no podía moverse mucho
-estas herida es mejor que yo te lleve
Ella tenía un semblante afligido y con rastro de arrepentimiento en sus ojos
-puedo sanar más rápido que una persona ordinaria, deja de preocuparte
Miro su rostro con una expresión dulce y cariñosa
-no tiene nada de malo que te dejes ayudar por las personas que te rodean
Ella se quedó en silencio, todo el tiempo estuvo pendiente de ayudar a los demás, nunca dejaba que otras personas cuidaran de ella, no le gustaba sentirse débil pero ahora se sentía agradable que alguien también se preocupara por ella y quisiera cuidarla
- haz