—Tengo que irme —Dejé el dinero rápidamente sobre la mesa al sentir que mi libido comenzaba a fallarme al pensar en el suave cuerpo de mi mujer entre mis manos—. Dile a la bruja de tu madre que no pienso volver a reunirme con ella.
Sin esperar respuesta, caminé rápidamente a través de las personas y me introduje en el elevador ejecutivo, el que daba directamente a la suite. No tenía miedo que bajara por este ascensor ya que yo era el que tenía la llave de acceso, por eso decidí poner un guardia en la salida secundaria, donde ella tendría acceso al ascensor de uso común.
Mi celular empezó a sonar en el bolsillo de mi pantalón. Al sacarlo, pensé que era la bruja de Rebecca, pero me sorprendí al ver el nombre de mi Reina del hielo.
Contesté al instante, desconcertado.
—¿Kiara? —Sabía que era ella, pero se sentía raro recibir una llamada de su parte.
Jamás me había llamado. Eso significaba que era una urgencia. ¿Marcos había aparecido en la habitación? ¿Había neutralizado al gua