POV Hanna.
Subimos en el elevador hasta el apartamento, al entrar, se veía como si en cualquier momento Leonardo saldría del gimnasio, o de su guarida o simplemente me sorprendiera de espaldas con un abrazo, pero era una probabilidad completamente nula que empezaba a aceptar.
- ¡Mi niiiiñaaaa! - Luisa sale de la cocina directo hacia mí - No sabía que vendrías! - me abraza y llora en mi hombro desconsolada y no podía emitir ninguna palabra - Mi niño! Leito se nos fue! - me mira como buscando alguna respuesta de mi parte.
- ¡Lulu! - solo pude decir eso y llorar con ella.
Luego de algunos segundos ambas nos secamos las lágrimas e invité a las chicas a pasar a la habitación a probarse la ropa con la que se sintieras más cómodas. Luisa quería ponerse al día con todo lo acontecido, pero le expliqué que teníamos un compromiso y que estábamos retrasadas pero que pronto iría a visitarla. Leonardo le pidió a Luisa cuidar del apartamento durante nuestra estancia en los