Capitulo 04: Su pureza arrebatada.

"¿Por qué dijo que el Barón Jones perdió a toda su familia?"

"¿Por qué habla como si ese hombre estuviera enamorado de mí?" 

"No creo que lo este… No puede… Es imposible"  

Pensó Virginia mientras ese hombre ahora le quitaba la ligera bata blanca dejándola como Dios le trajo al mundo. 

— Hasta tu cuerpo es completamente corriente. — Comentó Lance de mala gana, tomando de la muñeca a Virginia y lanzándole bruscamente sobre la cama.

Virginia quién hacía su mejor esfuerzo por no lucir nerviosa y avergonzada, terminó fracasando en ello cuando ese hombre se comenzó a desvestirse frente a ella. 

"¿Lo hará? Él… ¡Realmente piensa tomarme a la fuerza!…" 

Pensó ella cayendo en cuenta que lo que vivía, era su realidad. 

Virginia reaccionó sentandose sobre la cama y cubriendo su cuerpo con una manta. 

— No lo hagas… — Suplico ella con su voz temblorosa.

— ¿Eso es lo que realmente quieres? — Preguntó Lance cuando estaba por quitarse su pantalón. — Deberías estar rogándome que continúe, ¿Tienes idea de lo que te pasará si mañana después del segundo análisis descubren que sigues siendo pura? 

Virginia inclinó su cabeza sintiéndose profundamente degradada. 

— No importa… Aunque sea humillada y mal vista por el Reino de Maita entero… No me quedaré aquí por siempre. 

— Mmm, así que ¿Tienes pensado volver a huir y eres tan atrevida de decírmelo en mi propia cara? — Sonrió Lance con malicia. — Menos mal que aquí se hace lo que yo quiera y no lo que una extranjera vendida como herramienta de paz diga. 

Lance en ese instante se acercó a Virginia, quitándole rápidamente la manta con la que ella se cubría.   

El Rey Maitano posó sus manos en las pantorrillas de ella atrayendo el cuerpo de la joven hasta el de él y seguidamente separando las piernas de ella, se acomodó en medio para terminar de bajar su pantalón. 

— No me veas de esa forma, solo te estoy haciendo un favor. — Sonrió él altivo. 

Virginia claramente logró observar como esos ojos dorados la miraban como si ella fuera una basura. 

Ese hombre no pensaba en lo absoluto "ser gentil" con ella y mucho menos "hacerle el amor" él solo quería arrebatarle de forma humillante, rápida y dolorosa su pureza.  

Las lágrimas comenzaron a asomarse por los hermosos ojos color azul de la bella Gorianita. 

Él lo notó… Pero en lugar de sentir lástima o pena por ella, sintió una descarga de placer. 

Disfrutaba que ella sufriera. 

¡Lance Lamparth odiaba a Virginia! 

La detestaba y no le importaba en lo más mínimo sus sentimientos o su pensar. 

Era la hija favorita del difunto Rey de Gorian, Jhon Wiztan, el hombre que de manera atroz le arrebató la vida a su esposa, la anterior Reina de Maita y madre de su único hijo, la hija fallecida del Marqués Forsten, Cassandra. 

••••••••••

Un infierno… 

¡Una pesadilla en carne propia! 

Virginia Wiztan se sentaba adolorida sobre la cama. 

En la habitación ya no había señal alguna de ese hombre. 

En la mente de ella pasaron los recuerdos de la burlista e insultante expresión que él le dedicó mientras como un tirano la tomaba a la fuerza y dejó su cuerpo lleno de mordidas, rasguños y mucho dolor. 

Virginia cubrió su rostro con sus manos, sus lágrimas comenzaron a salir nuevamente sin parar a pesar de que creyó que ya se había quedado sin más que llorar después de todo lo que suplico durante esas horas infernales. 

Una sensación de vacío y soledad le invadieron por completo. 

Si ese era el comienzo de su vida con ese cruel hombre, no quería imaginar cómo serían sus días en Maita, era mil veces peor que la primera vez que fue cautiva. 

Estaba sola, no tenía a nadie a quien recurrir ni a nadie que la esperara. 

Su padre y hermano que eran su razón de continuar ya no existían en el mundo. 

Un desgarrador dolor invadió su corazón y ella soltó un gritó con todas sus fuerzas.

"¡No se suponía que sería así!" 

"Al volver a Gorian iba a avanzar y disfrutar mi vida, iba a cambiar todo para bien, pero… Jamás imaginé que mi hermanito Raynold hiciera algo así" 

"Nunca pensé que terminaría nuevamente en Maita" 

"¡No quiero estar aquí! Pero tampoco tengo ya donde ir" 

"¿Que será de mi desdichada vida?" 

Pensaba Virginia llorando desde lo más profundo de su ser. 

••••••••••

Dos días después. 

Los eventos ceremoniales finalmente habían concluido y Virginia fue llevada al que de ahora en adelante sería su castillo en el Reino de Maita. 

— Aunque usted es la Reina, por ser aún una extranjera en la que el consejo Real no confía, no tendrá ningún asunto de Maita a tratar hasta que el mismo consejo y el Rey aprueben que es digna de tal confianza. 

— ¿Seré una Reina de adorno? ¿Eso quiere decir no? — Preguntó Virginia con una fría expresión. 

La mujer que le daba las indicaciones asintió lentamente. 

— ¡Suficiente! Creo que ya fue suficiente del recorrido e información. — Sonrió la soldado Tiana acercándose a la informante. — Mi Reina ahora necesita descansar, así que puede retirarse. — Pidió la mujer pelirroja a esa informante del Rey que se marchó enseguida haciendo una expresión de enojo a Tiana. 

— La hiciste echada. — Susurró Virginia. 

Tiana sonrió tomando del brazo a Virginia. 

— Vamos, ¿Quieres dar un paseo por el jardín de rosas del Rey? 

Virginia asintió. 

— Sabes Tiana, hay algo que escuché de boca de Lance Lamparth la noche de bodas, algo sobre el Barón Jones… 

Tiana posó sus hermosos ojos verdes en su joven Reina extranjera.  

— El Barón cometió traición al devolverte a Gorian, pero con ello salvó tu vida ya que te habían acusado de hacerle daño al príncipe heredero. En parte es por eso que ya no se te permite verlo, aunque él sabe que te has casado con su padre y se había vuelto tu amigo, el príncipe te quiere mucho y desea que el Rey Lance le permita verte de nuevo. 

Virginia se sorprendió, no esperaba que ese niño la recordara aún y le tuviera cariño. 

— ¿Pero que hay del Barón Jones? Escuché que perdió a toda su familia. 

— ¿Eso? Bueno… Él Rey Lance Lamparth tuvo piedad de él, después de todo se conocen desde hace mucho, así que le perdonó su vida y devolvió su posición, riqueza y propiedades, a cambio lo castigo unos meses y envío a su familia a pena de muerte. 

Virginia sintió un horrible escalofríos recorrer su cuerpo cuando escuchó esas últimas palabras. 

— ¿Pe… Pena de muerte? — Preguntó titubeante. 

— Sí, los padres del Barón Jones pagaron el precio de su traición. Hace unos meses volvió a ser habilitado pero ahora escuché que se encontraba de viaje con el ejército fortaleciendo el órden en las fronteras. 

"Oh… Quiere decir que él… Volverá al palacio principal pronto… ¿Que haré si lo vuelvo a ver? Un reencuentro en nuestras circunstancias actuales…" 

"Gracias a mis sentimientos por el Barón supere los que tuve una vez por mi ex prometido el Márquez Ethan Whalsh en Gorian pero… Ahora el señor Jones debe odiarme…"  

Pensaba Virginia con la tristeza marcada en su rostro.  

"Dudo mucho que él quiera verme… No solo soy la Reina de Maita, me he casado con su mejor amigo y soy ahora la culpable de que sus padres murieran" 

Tras ese último pensamiento, Virginia suspiró sintiendo su corazón pesado de tantas complicadas emociones.

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