George se inclinó, inmóvil. Jace le levantó la barbilla violentamente. "Eras uno de mis hombres de confianza, pero hoy te reduciré a lo que menos esperas, te lisiaré y te haré inútil para ti mismo y para los que te poseen", declaró Jace.
Arianna se estremeció. ¿Lisiarlo por esa mujer fea y ruidosa? ¿Cómo podría ella sobrellevar a un hombre tan despiadado como su novio?
Ella había probado su crueldad y sabía que él haría lo que decía y nadie se atrevería a interferir. ¿Qué podía hacer ella para salvar la situación?
"Sáquenle ambos ojos y déjenlo sangrar. Tírenlo y déjenlo a su suerte", concluyó Jace.
Se volvió hacia Jerome, quien sudaba profusamente. Si George recibió una sentencia de muerte tan cruel, ¿cuál sería su destino? Ser lisiado, con los ojos arrancados y dejado sangrando, es una forma horrible y lenta de morir.
"Te perdonaré esta vez. Pero la próxima vez, si alguien intenta hacer que rompas tu lealtad hacia mí, también te mataré", advirtió Jace.
"Por favor, jefe, perdóneme. L