La noticia del ataque corría por las redes sociales. Se reproducían las grabaciones de CCTV del hotel. Todos vieron cómo Arianna empujó a Jace para protegerlo y recibió los disparos en su lugar.
El miedo invadió a Chase. Inmediatamente llamó a su hermano. Jace estaba en línea, pero cuando colgó, devolvió la llamada:
—Chase… —susurró— es Arianna. Le dispararon. Tengo miedo; no quiero que le pase nada malo. Jamás me perdonaría si algo le sucede por mi culpa. La están llevando al hospital. Yo voy para allá, por favor ven. Ellla me salvó la vida… —temblaba.
Tras colgar, se quitó el traje empapado en sangre, quedando solo con la camisa empapada de sudor. A pesar del aire frío, gotas perlaban su frente.
Richard llamó a Genesis y ella contestó:
—¿Cómo está Arianna? ¿Sigue con vida? —preguntó con voz temblorosa.
—No puedo decir con certeza su estado —respondió Richard.
—¡Richard, haz todo lo posible! ¡Sálvala! —suplicó Genesis y colgó, comenzando a llorar desconsoladamente en el coche, abrazá