37 - No me amenaces, Danishka.
Mi corazón se hundió en mi pecho mientras absorbía la noticia. Marta, mi amiga más cercana, mi confidente, luchando por su vida en una cama de hospital. El mundo parecía detenerse a mi alrededor mientras procesaba la información.
— ¿Cómo... cómo sucedió eso? — pregunté, mi voz apenas un susurro cargado de angustia.
Roman se encogió de hombros impotente, su rostro reflejando el dolor que también sentía.
— No pregunté, solo ordené la mejor atención para ella. Estaba un poco ocupado intentando encontrarte — respondió.
Quise ponerme de pie, pero él me sostuvo.
— Tengo que ir a verla.
— Aún estás débil Dani — susurró.
— Ya he pasado por esto, Roman. En aquel tiempo no había un hospital ni médicos que me atendieran, solo estaban las hermanas y Marta. Ella cuidaba de mí y mis heridas — respondí, poniéndome de pie.
Detallé sus manos convertidas en puños, conteniendo su ira, al ver parte mi espalda con esta bata, e inmediatamente solicitó a la enfermera otra. Cuando la enfermera me ayudó a qui