30 - Avecilla del infierno.
DANISHKA.
Me obligaron a caminar el extenso camino, hasta llegar a la parte trasera de la mansión. Una parte donde nunca antes había venido, y me sorprende la cantidad de hombres que la están rodeando.
— ¿Te sorprende los enemigos que tiene tu hombre? — frunzo el ceño por la forma en que dice aquellas palabras.
— Me sorprende lo cobarde que son para traicionarlo — respondí, con valentía.
El hombre me toma del cabello del cabello, y me pega a su rostro mirándome con tanto odio que es imposible describirlo.
— ¿Valentía? Eso es lo que necesité para poder estar de este lado — granó con tanto odio. pude detallar entonces el corte en su rostro y el ojo ausente —. Mira lo que me hizo ese hijo de puta. Basura. Debería estar muerto, y lo estará.
Me suelta con brusquedad y el hombre que me había sacado de la habitación me sostiene, pero vuelve a empujarme hacia el joven. Parecía una pelota de pimpón de aquí para allá.
— ¿A ti también te lastimó? — pregunté, cuando me subieron al coche.
—