Sigue encima de mí, y la puerta la siguen golpeando con toqui dos. Mis ojos van de ella, al hombre que se encuentra sobre mí. Inquieta y con temor de que nos vean en esta posición.
— ¡Señor! — es Olga, hablando del otro lado de la puerta — ¡Ando buscando a Luci!
Comienzo a moverme para salir debajo del cuerpo fornido que tengo encima, pero es inútil. Frunzo el ceño mientras lo veo molesta, ¿no piensa nunca quitarse o que?
— Tranquila... la puerta tiene seguro — susurra en mi oído, aún se puede escuchar su respiración agitada y su voz entre cortada. — ¡Ahorita va! — ahora le responde a Olga levantando un poco la voz y intentando escucharse tranquilo.
Escuchamos como se retira, al alejarse sus pasos. Yo solo suelto