Capítulo 35. Lo importante y lo necesario
Aisha y Leonid regresaron al hospital.
Aparecieron junto al Sauce donde se dieron su primer beso.
Aisha se puso como un tomate al ver la mirada y risa pícara de Leonid.
Él no dijo nada, pero cuando ella dio un paso a seguir él la atajó y le dio un beso.
Fue un beso cerrado, algo sin erotismo, pero con mucho sentimiento.
No solo dominaba, se entregaba a ella.
Leonid se despegó de ella y acarició su mejilla, Aisha sonrió y él también.
—Sigues teniendo la misma risa —dijo él sonriendo—, eres igual a mi recuerdo, no cambiaste en nada.
Aisha desvió la mirada.
—Sí lo hice —murmuró Aisha y dio un paso hacia atrás para despegarse de él—. Bueno, vayamos por los demás.
Leonid no se movió.
—Espera Aisha.
Aisha cerró los ojos y se preparó para lo que venía, volteó y lo encaró.
—Ya te lo había dicho, la maldición comenzó —musitó ella con voz entrecortada.
Leonid frunció el ceño.
—Cada vez que haces un hechizo o te expones a la magia la maldición de t