Lilibeth se encontraba cenando hasta que su mirada había viajado hasta la Luna, un pequeño suspiro se había escapado de la pequeña niña, entonces sus recuerdos la habían golpeado.
— Lilibeth ¿Te duele? - El rostro de Deán Ashford se había colocado por delante de ella.
— ¿Por qué tienes una herida en tu cuello? - Lilibeth había respondido con otra pregunta.
— Solamente me aseguraré de que tu herida sané y vayas con tu madre - Lilibeth había realizado una mueca que a Deán le pareció encantador, pero aquello era algo que la pequeña niña de 5 años no tenía por qué saber incluso absolutamente nadie debía de saberlo, sus recuerdos así como vinieron se habían ido.
— ¿Qué ocurre Lilibeth? - Lillith tomó a su hija en brazos depositando un tierno beso en la cabeza de la niña.
— Nada mami, ¿viajamos mañana? - La Pequeña niña movió sus cortas piernas esperando la respuesta de su Madre.
— Sí, después de la Asamblea Lobuna que vamos a tener, vamos a viajar en busca de la tranquilidad y eliminar aqu