GABRIEL SILVA
Sentado ante mi escritorio, vi la caja de metal que había sido el recipiente del chip, le di un par de vueltas entre mis dedos y al abrirla… estaba ahí. —Por eso te pregunto, ¿de dónde sacaste el chip que le diste a Celeste? —Volteé la caja hacia Isabella, que abrió sus ojos hasta mostrar por completo sus hermosos iris azules.
—Ah… ¿Ese es el chip? —preguntó tragando saliva, parecía tener la garganta seca—. Entonces… ¿qué le di a Celeste? ¿Crees que sea buen momento para huir de la ciudad?
—Isabella… —Me levanté de mi asiento y me senté en la orilla del escritorio, frente a ella—. Me dijiste que le diste el chip, ¿de dónde lo sacaste?
—Del cajón… Ahora que lo pienso, no suena lógico que estuviera ahí desde un principio —reflexionó escurriéndose en la silla mientr