La puerta chirrió con un sonido oxidado y el olor a rancio y sangre ahogaba en la instancia.
Aun así, Azura ni se inmutó, ¿cuántas escenas sangrientas y de muerte no había visto él en su vida?
Más de las que le hubiese gustado presenciar.
Lea estaba encadenada de pie, contra la fría pared de pied