Aysling casi vuelve a correrse ante tanta intensidad.
Sentía como protuberancias de espículas aparecían en el eje de Azura que se hinchaba en la base, haciéndola gemir un poco incómoda por la inflamación en su vientre.
Todo era para asegurar la fecundación durante el celo, para preñar a su hembra