— Chicos… — Rose se quedó mirándolos como tonta.
Sus marcas en la nuca, latiendo frenéticas y sus ojos comenzaron a ponerse rojos.
La estaban mirando hacia abajo con sus helados ojos azules, con tanta indiferencia, que Rose se sintió como basura.
— Maell, Ni… — pero ellos solo pasaron por su lad