Michael no quería ni oír mencionar el nombre de ese idiota.
¿Cómo se había atrevido siquiera a acariciar e intentar besar a su compañera? ¡Y justo en su m4ldita cara!
Amath había mandado al caraj0 la prudencia y la paciencia, en cuanto vio a ese macho queriendo aparearse con su hembra, una ira ext