Un golpe suave en la puerta, sacó a Olivia de sus pensamientos.
Cuando abrió se encontró con la pequeña niña de rizos rubios que la miraba con unos inocentes ojos azules que derritieron el alma de Olivia.
- Hola Señorita, ¿ya se siente bien? - le preguntó con su voz infantil, abrazando un conejit