Narrador omnisciente.
__ ¿Seguro que estás bien? - volvió a preguntar Irene al ver las manos de Tej.
__ Claro que estoy bien. Solo son cortes ligeros. No voy a morir por esto. - jugó él, pero ella hizo mala cara al oír que ni eso tomaba en serio. - Revísame todo lo que quieras. Solo tengo esto y ya.
__ Más te vale que así sea. - se cruzó de brazos, recostada en la cómoda a su espalda. - Me asusté cuando vi la sangre.
__ Solo son uno que otro corte, puedo usar las manos muy bien. - las elevó poniéndolas frente a ella. - Puedo demostrarlo.
__ Si esas demostraciones se refieren a sexo, olvídalo. - declinó tomando los apósitos para lanzarlos al baño.
__ ¿Me castigas por permitir que me hirieran? - avanzó a donde ella caminó.
__ Te castigo porque nunca dijiste nada de tomar una copa de vino con otra mujer. - abrió el bote.
__ ¿Celosa? Me encanta que estés celosa. - la abrazó desde atrás, ella se giró y estampó un beso en sus labios.
__ Más te va a gustar dormir en el sofá. - se separ