Emir se levantó y preparó el baño y llevó a Adhara en brazos, muy despacio la dejó en la bañera luego lo hizo el.
Ella entre sus piernas y el acariciando cada parte de su cuerpo.
— No sabes lo feliz que me hacer mi vida.— Expresó Adhara entrelazada en sus brazos.
— Tu también me haces feliz, no creí encontrar el amor jamás.
— Una mala elección no puede hacerte renunciar al amor. No se toda la historia de la madre de nuestras pequeñas, y no quiero que la revivas contándome ese triste y doloroso pasado, solo deseo que seamos felices como la familia que somos.
— Si, es eso lo que he deseado desde que te conocí. Bueno fue mi hija la que te eligió para mí.
— Eso dolió, yo creí que eras tú.
— Cuando te conocí mi corazón te eligió pero mi razón se negó a aceptarte y cometí errores contigo que me hicieron perderte por mucho tiempo.
Las semanas pasaron Adhara se recuperaba poco a poco, Emir siguió en su trabajo y las gemelas en sus estudios.
Dos meses y ya tenían todo planeado para el viaje