Capítulo 9: Decorando

Estamos sacando todas las cosas que habíamos comprado en las diferentes tiendas, algunas estaban en los muebles con un poco más de cuidado y otros en el suelo junto a nosotras, Rocky por su parte estaba tirado en su camita panza a arriba durmiendo luego de la comelona que tuvo gracias a todo lo que tanto Camila como yo le guardamos.

Algunas de las cosa Camila las admiraba un poco más, a veces miraba alrededor y creo que era tratando de ubicar el lugar exacto para ser colgado, no me interesa si debo comenzar a martillar o lo que sea, si ella lo quiere colocar en algún lugar allí se colocaría.

Me detengo un instante a mirarla de reojo, veo como su sonrisa varía dependiendo de lo que está mirando, cuando ve las botas su mirada es de un brillante reluciente como cuando saca algo más que le fascine.

¿Le podre gustar yo? aún recuerdo aquello que dijo en la puerta de su casa, deje aquello escondido en el fondo de mi cabeza en la caja de pandora en donde guardo todo aquello que no quiero recordar, aquello de lo cual no quiero saber, pero casualmente ahora estaba viniendo a mi mente, como todo aquello que quiero dejar sin reconocer.

Esa frase no la escuche completa, ni su inicio, ni su final, pero sé que salió de sus labios segundos antes de abrir la puerta y encontrarme parada frente a ella junto a Rocky, tampoco es algo a lo que le deba dar mucha vuelta en la cabeza, pero ¿Me han visto y conocido? Es imposible dejar algo navegando por mi mente si aquello no es de mi interés, es obvio que estará allí latente hasta que tenga el valor de realmente preguntarle a Camila que fue lo que quiso decir.

No es como que la vaya a presionar, simplemente al igual que en la tienda cuando aquella señora nos hizo pasar por algo más que amigas y ninguna lo negó o confirmo también me hace pensar miles de cosas, algunas un poco más suaves que otras y algunas un poco más irreconocibles que otras.

Camila es una mujer que tiene todo, padres, hermanos, primos, abuelos, en fin tiene familia, un buen empleo, una casa hermosa y ganas de vivir, o eso quiero pensar que tiene, ella al parecer tiene la vista clara de todo lo que posee y no es menos para ella, ella suma familia.

Pero yo soy la persona completamente inversa a ella, sumamente inversa, entonces ¿Porque yo? imagino que siempre pasa la navidad con su familia ¿Porque pasarla conmigo? Sé que dijo que la pasaba ella, pero que me asegura que no me haya dicho aquello solo para que yo le aceptara o para que no me sintiera mal.

¿Porque yo? Cierro mis ojos dejando que muchas cosas se pasen por alto, pero no puedo. He estado por lo que puedo pensar años estando sola, las cosas no las paso por alto porque es un motivo para hablar incluso conmigo misma, cuando tengo el momento de debatir algo en mi mente lo hago, nunca dejo algo por alto y menos como eso ¿Por qué lo haría?

-Lau- toca mi brazo, su mirada es interrogante, tiene las luces en sus manos pero su mirada no se aparta de mí.

-¿Segura que no tienes algo mejor que hacer que estar aquí?- solté de la nada, siento como mis ojos se humedecen y llevo mis manos a mi sien para tratar de detener lo indetenible, mis lágrimas. No dije más de lo que estaba pensando, no quiero herirla, ni mucho menos lastimarla pero no me culpen, he estado viviendo esto durante años en soledad y no imagino a nadie dejando de pasar días alegres por un ser como yo ¿Quién en su sano juicio decide pasar navidad con una sola persona en soledad cuando tiene a su familia a la vuelta de la esquina? ¿Quién?

-Lauren- la veo acercarse más a mi lado -No te quiero presionar a nada- sentí su abrazo mientras mi cabeza se posó en su hombro, salió el primer sollozo que no pude retener, a veces pasa, a veces no puedo hacerlo, llorar es un mantra en mi vida

-No tengo nada mejor que hacer en casa, estoy aquí porque quiero y porque quiero pasar contigo estos días ¿Tu no quieres?- me pregunta suave mientras acaricia mi brazo tratando de tranquilizar mi llanto.

-Me has visto ¿Porque quisieras pasar estos días conmigo y no con tu familia?- pregunto mientras siento que besa mi frente. Me levanto y me siento delante de ella. Sus manos se posan en sus muslos mientras mira hacia sus piernas, realmente tengo esa pregunta en mi mente y no saldrá hasta que responda.

-Ellos han decidido que hacer en estos días porque han elegido su vida, es tiempo de elegir la mía, con quien quiero estar y pasarlo. Fue mi decisión estar contigo y no la cambio- Aquella confesión quedo tintineando en mi cabeza, en mis pensamientos, en mi propio ser.

Creo que ella se dio cuenta de lo que había dicho, la vi abrir y cerrar sus ojos con lentitud, pero no dijo nada más que dedicarme una sonrisa, no se arrepintió de nada, simplemente tomo mi mano entre sus manos tratando de hacer esto bastante intimo entre nosotras, es una revelación en mi vida.

-Decidiste hacer este paso por mi ¿Porque dudas de lo que decido yo?- me pregunta ella, su voz no sube ni baja de tono, es neutral. La veo sentarse frente a mí, estamos frente a frente mirando nuestros rostros, mis mejillas están llenas de lágrimas, ya no me quiero ocultar a ella, es la única persona en mucho tiempo que he dejado pasar a mi vida, que la dejo entrar a reacomodar lo que creo que puede. No lo sé.

-Quería que estuvieras feliz- dije ahora mirando a mis rodillas con vergüenza.

-Y lo agradezco, pero te nació a ti hacerlo, no a mí- continuo ella, sus manos estaban ahora encima de las mías, las apretó causando que alzara mi rostro para mirarla -No sé muy bien que ha pasado en tu vida, se solo lo que he podido observar, no pienso preguntar, ni sobrepasar lo que te nace decir ¿Lo entiendes verdad?- me dice con una sonrisa y asiento a su pregunta -Estoy aquí para ti y tu para mí. Eso es lo único que me importa, mi familia está en casa, quizás sea yo la única que falte, pero no me importa en lo más mínimo, a ellos los he visto estas semanas y están consiente de que pasare la navidad contigo- Sus manos van a mis mejillas -Lo he decido, Lauren- deja un beso en mi mejilla y se levanta a tomar algo de la decoración y caminar algún lugar de la habitación.

Todo lo que dijo está siendo procesado por mi cerebro, no sé qué decir, ni mucho menos como actuar, simplemente estoy en un trance tratando de realmente entender todo lo que me dijo, es difícil pero aun así entendible, pero sigue siendo difícil, muy difícil.

Algo que ahora llega a mi mente es el sutil beso casi cerca de mis labios que ella se atrevió a darme, ¿Es posible que ella sienta algo por mí? No lo sé, por lo que respondió hace unos minutos me hace pensar unas cosas pero mi cerebro me hace pensar otra, es una indecisión bastante grande pensándolo bien. Paso mis manos por mi cabello tratando de calmarme.

Es lo peor de ser una persona que sobre piensa todo, quizás eso haya logrado ser bueno cuando estaba estudiando pero ahora, ahora es una tortura, una larga tortura que acarreo ¿Sera posible que eso deje de ser una base en mi vida? No tengo respuesta pero quiero conseguirla lo más pronto si es necesario.

-¿Tienes una extensión?- pregunta ella de espaldas a mí, mirando hacia la pared y la puerta.

Creo que es la primera vez que me puedo quedar mirando a Camila, puedo asegurar que siempre la vi muy profesional, nunca sobre pase un límite que la hiciera sentir incómoda, siempre fue muy formal, nunca me detuve a mirarla quizás como ahora, estoy aun sentada en el suelo mientras ella está de espaldas a mí.

Tiene un buen cuerpo, pero la vida no es solo eso, su personalidad y su alma van muchísimo más allá de como se ve en el exterior, créeme que como ha ido mi vida logras entender que el exterior no suele ser nada, es una simple capa que te da la vida de la cual lastimosamente muchas personas dependen.

De que vale ser hermoso y ser una mierda de persona, eso no sirve de nada. Pero ella es tan hermosa en ambos sentidos que ahora si me puedo hacer esa pregunta ¿Porque Camila está sola? ¿Lo está? esta ultima pregunta llena mis oídos y mi cerebro. ¿Esta sola? ¿O está conmigo por compasión? Mi mirada se nubla, ella no tiene la culpa, la tengo yo por pensar todo este tipo de cosas mientras esta delante de mí tratando de hacer una navidad amigable.

No sé si tenga el valor de preguntarle por su vida sentimental, y tampoco creo que ella quiera llegar a esa conversación con un ser tan miserable e intruso como yo. Prefiero tirar esa pregunta hasta el fondo de mi cerebro y respondo a su pregunta.

-Sí, tengo dos- dije levantándome de lleno, yendo hacia la nevera, saque un poco de agua para pasar la sequedad del llanto -¿Quieres?- alce la jarra, la veo caminar hacia mi mientras le sirvo un vaso. -Ya vuelvo- digo saliendo de la cocina hacia el cuarto en donde guardo todas las cosas para las maquetas.

No tardo absolutamente nada de tiempo -Lamento pero creo que también necesitamos clavos y martillo- dijo mirándome con cara de culpa por hacerme ir y venir y luego ir. Le dedique una sonrisa.

-No te preocupes, asumí que si lo necesitaríamos- Me di la vuelta y camine en busca de ellos antes de volver a la sala y encontrarme a Camila jugando con Rocky.

-Aquí está todo- Le mostré el martillo, los clavos y la extensión.

**

El resto de la tarde pasó con Camila moviéndose por todo el departamento, a diestra y siniestra, me mandaba hacer cualquier cosa y yo lo hacía, estuvimos así hasta la caída de la noche cuando encontramos que lo último por ubicar seria las luces navideñas que ella había elegido.

-Creo que puede quedar bien encima del sofá- apunta hacia el lugar pero luego mira hacia otro lugar y sus ojos se ensanchan -¡Mejor allí!- apunta el otro lugar y dejo de mover el sofá para ir hasta el otro lugar en donde había colocado algunas decoraciones. Poco a poco fui colocando clavo por clavo de tal forma que no se vieran para montar las luces.

Camila estaba detrás de mi cuando termine de seguir sus órdenes de cómo debería quedar todo a su paso, camine hacia atrás lentamente buscando el lugar perfecto para admirar como había quedado las luces en conjunto con la decoración.

Hasta que siento que alguien pasa sus manos por mi cintura y me abraza -Yo lo veo maravilloso- sus manos se unen en mi abdomen, siento como mis manos comienzan a sudar y apretó más el martillo  con la fuerza que tengo gracias a su proximidad.

Tomo una bocanada de aire y decido hacer lo que mi mente cree sería maravilloso, paso mi mano por encima de las suyas y ella suelta una para dejarla en mi abdomen y la otra la enlaza sin apuros junto a la mía.

-¿Tienes hambre?- pregunto sin separar nuestras manos -Tanto trabajo puede causarlo- digo mirando por encima de mi hombro, en donde la encuentro ligeramente apoyada, soy más alta que ella así que no llega completo hasta mi hombro.

-Puede que si ¿Pedimos algo?- ella se encoje de hombros mientras ahora me gira para abrazarme, dejo el martillo en la mesa y decido darle un abrazo -¿Comida china o italiana o cuál?- pregunta mientras recuesta su cabeza en mi hombro.

-Cualquiera estaría bien- digo mientras nos separamos para ella buscar su teléfono y marcar a un delivery de último minuto.

-Pedí comida china y pizza- comento dejando el teléfono en la pequeña isla en mi cocina.

-¿Que te gustaría para cenar mañana?- me pregunta mientras estaba recogiendo las cosas que estaban regadas en el departamento. Quien lo hubiera visto a inicio de este mes no pensaría que era el mismo lugar oscuro y lúgubre.

-Habitualmente tomo un sándwich y me acuesto a dormir- digo sin mirarla -Así que todo estaría bien- alzo mi rostro con una sonrisa, la mirada de ella está un poco cristalinas así que antes de sentir que está llorando me levanto de golpe y voy hacia ella. -He estado sola por mucho tiempo, la navidad nunca fue un requisito para vivir, no me gusta en absoluto por circunstancias de la vida, pero lo estoy intentando este año- le confieso sintiendo el deseo de poder explicar mi actitud en estas fechas o algo así y ahora realmente ciento como sus lágrimas están mojando mi camiseta, la abrazo un rato antes de separarme a buscarle un pañuelo.

-Yo nunca he dejado de celebrar la navidad- me dice mientras se limpia sus ojos -No puedo imaginar todo lo que has vivido para eso- no alza su mirada, tampoco quiero que lo haga, no quiero ver la lastima de ella hacia mí, de ella no quiero ver ese tipo de mirada, esa tristeza, esa mirada de dolor.

**

Esa noche la pasamos tranquila, Camila recibió la comida, estaba muy deliciosa, incluso descubrí que era amante a las pizzas por cómo casi se la comió toda, terminamos de ordenar la casa y la dejamos lo más arreglada posible para el día de mañana, antes de acostarse Camila hizo una video llamada con su familia, no quería interrumpir así que decidí que me bañaría, cuando salí ella estaba ordenando su ropa encima de la cama con premura.

Estaba en un sueño profundo cuando siento que un teléfono suena en una de las mesas de noche, tire la mano para apagar el despertador pensando que es eso pero no, tomo un teléfono, apretó contestar llamada aun con los ojos cerrados.

-Aló- digo con la voz ronca -¿Quién es?- pregunto, escucho unos murmuros y un gritito a lo lejos. Alejo el teléfono y veo que no es el mío.

Muevo un poco a Camila, la escucho gruñir, se gira y se acurruca aún más a mi cuerpo en busca de calor.

-Camila, tu teléfono- digo moviéndola de nuevo mientras el teléfono esta aun cerca de mi oído, sentía mis ojos pesados del sueño, pero no importa.

-Hmm- murmura pegando sus labios a mi cuello dejando un suave respiro caliente en él.

-Está dormida ¿La despierto?- pregunto de nuevo a no sé quién en el otro lado del teléfono.

-Si mija, por favor- la voz es suave.

-Camila- la volví a mover, sentí como paso su pierna por encima de las mías, estaba como atontada de sueño pero estaba consciente de lo que estaba haciendo. Y sabía que debía tener una erección mañanera, no me preocupaba por ello en las mañana ya que vivo sola pero Camila está casi encima de mí -No sé quién es pero dice que quiere hablar contigo- La escucho bufar y pasa su mano por encima de mi cabeza hasta dar con su teléfono, pero aun así no se despega de mí.

-Aló- dice con la voz un poco ronca -¿Mamá?- dice con más sueño aun, siento su pierna estirarse encima de mis piernas y pasarla por mi erección, creo que lo hizo inconsciente ¿Cierto?

-Hmm- jadeo casi en silencio, tengo los ojos cerrados pero puedo sentir su mirada hacia mí.

-Si mamá, la que contesto es Lauren- dice ella, abro mis ojos y giro mi rostro para encontrarme con Camila mirándome fijamente, alza su ceja cuando le doy una sonrisa -Si, estoy durmiendo en su casa y en su cama- dice sin al parecer ningún sentimiento de culpa -Si, haremos algo en su departamento ¿Porque?- pregunta, cierro mis ojos por el sueño y vuelvo a sentir como pasa su pierna por mi erección, abro mis ojos de golpe y la miro entrecerrando mis ojos.

Es la tercera ves creo que duerme conmigo, no creo que no supiera que tengo miembro, creo que lo sabe y está consciente de ello y es por eso que lo hace como a propósito. Pasa su teléfono a la otra mano y acuesta su cabeza en mi pecho, la veo cerrar sus ojos mientras afirma y niega otras cosas, luego la escucho dar mi dirección, despedirse y colgar.

-Te manda saludos y nos enviara unas cosas- dice abrazándome para casi volver a dormir cuando pega un salto y se sienta en la cama. -Debemos comenzar a preparar la comida- la veo estirarse y moverse de un lado a otro.

Se levanta con todo el animo del mundo y entra al baño, por un instante parecía que viviera desde hace mucho tiempo en esta casa, entra y sale con naturalidad, la veo colocarse unos licras de algodón luego de quitarse sus short, gire mi rostro aunque su camiseta estaba larga, sin embargo vi la necesidad de dar su espacio, eso sería lo correcto, tampoco soy una degenerada.

-Te espero en la cocina- murmura señalando mi entrepierna antes de salir.

Trato de no tardar mucho antes ir a la cocina, la veo dejarme un sándwich para el desayuno y una taza de café con leche. -Gracias- murmuro tomando un bocado, esta delicioso debo admitirlo incluso por el hecho de que me salto los desayunos.

La veo girar en la pequeña isla de la cocina y se acerca para darme un beso en la mejilla -Te quiero Lauren- inevitablemente pase mi mano por su cintura y le respondí el beso, aquello fue un impulso.

-Creo que también la quiero, Camila- le respondí casi en un susurro cerca de su oído, sentí como sus labios formaron una sonrisa cuando me aleje un poco y se acercó abrazarse más a mi tanto como yo a ella, un sentimiento de intimidad entre ambas.

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