Azaleia
Me asomo con cuidado entre los arbustos y veo que hay dos caballos solos, sus jinetes supongo que muertos. Blatta está bajo de su caballo, y asumo que está detrás de una piedra. La casa sigue a oscuras y hay unos tres hombres que se asoman entre una carreta y otro arbusto.
—Deben haber caído casi la mitad— me susurra Dashi que entorna los ojos en la noche.
—¿Qué hacemos?— pregunto.
—Definitivamente, usted tiene que ir a la cabaña. Pedido del Duque… — dice en voz baja.
—No pondré en peligro a todo el mundo— no voy a dejar que todos sufran por mi — Y no me vengas con órdenes del Duque… él no va a hacer nada a los que rompan su pedido. Yo también soy Duquesa aquí— digo y ella me mira con duda.
—Casi princesa se podría decir. Pero eso la convierte aún más preciada. ¿Qué cree que va a hacer? ¿Sentarse a hablar con usted? — me dice con mirada inquisitiva.
—Obvio que no… pero quizás podríamos dejarlo solo… acabar con el resto— digo y ella asiente. Los soldados están esper