68- No me gusta que sufra
Alessandro

Salgo de la empresa corriendo sin importarme si alguien puede verme caminando y voy directo a dónde un desesperado Lorenzo se encuentra. Sus ojos abriéndose con sorpresa al verme en pie.

—Señor usted… usted…

—¿En dónde está?—pregunto cortando su balbuceo y veo como una mueca se forma en su rostro antes de decir.

—No pude detenerla, señor. La señorita se fue corriendo.

El gruñido que sale de mi ni siquiera parece humano y tengo que recordarme que no puedo golpear a mis empleados, antes de preguntar:

—¿Y no se te ocurrió seguirla?

Veo como Lorenzo traga en seco y desvía por un momento la mirada antes de contestar.

—Yo pensé que usted necesitaría mi ayuda, señor. No sabía que … no imaginaba…

Bueno, eso tiene sentido. El hombre lleva años siendo el chofer de un paralítico, no había manera en que me dejara tirado.

—¿Por dónde se fue?—pregunto con urgencia y veo como él levanta una mano hacia la calle contigua.

No dudo un instante en correr directo hacía dónde me ha indicado, pero
Lizzy Bennet

Tardeeee pero aquí lo tienen!!!!

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