Al terminar de comer, Gretel se despidió de todos ya que aún debía volver a la oficina. Los chicos estaban encantados por conocer mis anécdotas vergonzosas de mi adolescencia contadas por Gretel, claro que a mi amiga solo le parecía divertido.
Theo también se despidió y se fue tras ella.
—¿Tu amiga sabe que ese chico está enamorado de ella? — Me sorprendí por la pregunta de Steven al bajar de la camioneta frente a la mansión. Creí que estaba molesto conmigo.
—¿Eso piensas? — Pregunté.
—Creo que si se siente atraída. No dejaba de verla. — Yo también había notado eso.
—¿Y tú? ¿Por qué me dices eso? Creí que estabas molesto conmigo. — Steven se quedó en silencio.
—Si lo estaba, pero no contigo.
—¿Perdón? — Steven negó lentamente. —No te preocupes. Ya se me pasará. Lo siento. No debí ensañarme contigo jefa. — Su disculpa parecía sincera. Asentí tratando de restarle importancia al asunto.
—Claro, como digas. Pero vuelves a tratarme con esa frialdad y te daré un panqué como bono navideño. —