Un matrimonio forzado con el mafioso
Un matrimonio forzado con el mafioso
Por: Marian.C.
1JESSE CARTER

— ¡Jesse ya se nos hace tarde y tus hermano ya se fueron!  — Grito Claire desde el primer piso de mi casa. 

Me miró por última vez en el espejo y asiento con mi cabeza para darle una última aprobación a mi ropa y a mi maquillaje. Las noches de carrera es un momento inolvidable para adolescentes indomables que buscan adrenalina pura, pero he de admitir que deje de asistir a estos eventos cuando cumplí 18 años y me fui a estudiar a París.

Y ahora 7 años después siento la misma emoción que cuando tenía 15 años. 

Bajo al primer piso donde mi mejor amiga de toda la vida me estaba esperando muy impaciente, porque se moría por ver al amor de su vida. 

— Ya estoy aquí. — Le hago saber para que levante la mirada de su teléfono. — Vamos. Salimos de casa y nos embarcamos en mi precioso auto Nissan Silvia S15 parecido al que utilizan en rápidos y furiosos reto tokio

— No entiendo porque te demoraste tanto, si ya estabas lista. — Claire se subo del lado del copiloto-

— Sabes que soy un poco quisquillosa por como me veo, siempre debo verme bien vestida y oliendo muy rico. — Hago rugir mi auto y siento como la adrenalina nuevamente recorre todo mi cuerpo.

— Oye, se que llevas un mes aquí desde que regresaste de París, pero debo decirte que las dinámicas en estos lugares cambiaron mucho.

— Hasta donde recuerdo, yo era la reina del Drift. — Sonrió con autosuficiencia. — Estoy segura de que podré recuperar mi trono 

— Si. — Miro a mi amiga con el ceño fruncido, ella tiene una sonrisa incómoda. 

— ¿Que fue ese sí dudoso? 

— Bueno… digamos que desde que te fuiste alguien ocupó tu lugar muy rápido y casi nadie se acuerda de ti. 

— Si eso hubiera sucedido mis hermanos me hubieran dicho. 

— Ellos también dejaron de asistir cuando tú te fuiste, así que supongo que no saben nada. 

Frunzo el ceño bastante confundida.

— Dime ya quien se supone que ocupa mi puesto. — Me cruzo de brazos. 

— Dios… ¿Prometeme que no te volverás loca?

— Claire. — Lanzó como advertencia. 

— Es Jordan Maxwell. — Respondió rápido.

Sin embargo mi cerebro se queda procesando aquel nombre que tanto me había causado pesadillas estando aún lejos de él, con tan solo recordar su horripilante cara hace que mi piel se colocara de gallina, como si me atravesara un viento de ultratumba.

— Estás mintiendo. — La veo con incredulidad para luego colocar los ojos en la carretera. — Ese idiota no pudo ser mi remplazo. 

— En realidad es muy bueno. 

— ¡Puff! — Buzo. — Pues se haga a un lado porque la reina del Drift llegó. 

Y como si estuvieran esperando mi llegada Look What You Made Me Do de Taylor Swift se comenzó a escuchar, y las personas que tapaban un poco la carretera para entrar al lugar de las carreras se hicieron a un lado dejando pasar mi precioso auto, y como si estuviésemos en una película, había una fila autos expuestos para ser admirados por todos, los chicos presumen de sus máquinas con las mujeres quienes fácilmente se les ofrecía, y es que para nadie es un secreto que participando en carreras se puede ganar o perder buen dinero. 

— No recordaba esto tan colorido. — hablo mientras avanzo lentamente bajo la mirada de todos ansiosos por saber de quién se trataba. 

— Ha cambiado bastante, pero sigue siendo igual de emocionante. 

— Espero poder participar hoy. 

— ¿Estás segura? tienes mucho tiempo sin tocar un auto. 

— ¿En serio dudas de mis capacidades? Te recuerdo que crecí con dos hermanos mayores, que cuando era niña practiqué combate de cuerpo, y que se manipular armas como si fueran juguetes y que mi destreza es como la de un felino. 

— Si, si, pero deberías solamente ver esta noche y en otra ocasión manejar. 

Lo que Claire dijo tiene mucha razón, no he tocado un auto en años, pero  aun así mi cuerpo me pide que lo haga para drenar toda la dopamina de mi cuerpo. 

— Bien, lo haré, pero si me aburro será tu responsabilidad hacerme reir.

No muy lejos diviso a mi hermano mayor , Josh me señala un espacio disponible dentro de todos aquellos autos, y con mi mejor e impecable técnica de aparcamiento dejó a mi bebe en perfecto estado. 

— Ok, que comience la fiesta . — Le digo a Claire. 

— No se porque presiento que esto será una locura. 

— Es lo que más deseo. — Respondo con una sonrisa. 

Salgo de mi auto e inspiró el aroma a gasolina, vape de fresas, cigarros y alcohol. Las miradas se posaban sobre mi con mucha curiosidad, nuevas caras querían saber quien era yo, los más veteranos dentro del recinto ya sabía quién era y de mis posibilidades. 

Crecí en un ambiente sumamente masculino, tengo dos hermanos mayores Josh y Gregory, gemelos, mi padre, guardias de seguridad, y por último mi madre. Y es que la familia Carter prefiere mil veces que su descendientes sean hombres porque el trabajo familiar es netamente “Masculino” sin embargo mi padre se dedicó a pagarme cada actividad extracurricular que me permitiera adquirir habilidades como la defensa personal, manejo de armas, deportes como voleibol. Pero lo mejor que pude aprender fue a conducir y arreglar autos.

Mi madre pensó que todas estas actividades me convirtieron en una mujer masculina, pero en realidad nunca deje de lado mi feminidad. Porque amo el diseño y la moda, y de hecho eso fue lo estudie estando en francia, me gusta ir a salon de belleza y tardar horas consintiéndome, así que puedo decir que vivo lo mejor de dos mundos. 

— ¡Mieren quien asomó su culo por aquí! 

— ¡Gus! — Corro a sus brazos. 

Gus es un buen amigo mecánico y durante muchos años me apoyó en las carreras de autos. 

— Te extrañe muchísimo. — Le digo al separarme. 

— Más te vale mujer, porque yo también lo hice, pero cuentame ¿Que te trae de vuelta al nido? 

— Estoy aquí hace un mes haciendo algunas cosas del trabajo, pero ya me urgía tener un poco de adrenalina. 

— Pues sabes que está es tu casa y si quieres competir solo debes decirme. 

— Hoy no, solo me dedicaré a ver. 

— ¿En serio? — Me mira sorprendido. — No me digas que ahora eres refinada. 

— En lo absoluto, es solo que tengo mucho tiempo sin conducir. 

— Bueno, ya sabes que la oferta está en pie, tú solo debes decirme y ya estás dentro. 

— Claro. — Respondo. 

— Debo irme, pronto comenzará una carrera. 

— Adelante amigo, nos vemos después de esto. 

Gus se aleja de mí y regreso con Claire y mis hermanos quienes ya tenían a dos chicas a sus lados. 

— ¿Competiras? — Me pregunta Josh. 

— No, solo veré las carreras. — Respondo. 

— Debes estar bromeando. — Gregory me mira con el ceño fruncido. — Desde hace semanas nos estabas insistiendo en venir aquí para correr y ahora te arrepientes. 

— Claire me hizo entrar en razón, hace mucho que toco a mi bebe, siento que manejarlo sin practicar antes sería un peligro. 

— ¡Y desde cuando tú razonas! — Se escandaliza Gregory. — Jess tu eres conocida por actuar en caliente, no importa si las consecuencias sean buenas o malas, después de todo eres buena en lo que haces que no compitas sería como escupir nuestro orgullo. 

— ¿Y porque el de ustedes y no el mio? — Enarco una ceja para luego cruzarse de brazos. 

Los gemelos se miran entre sí con complicidad. 

— Porque le dijimos a todos que les patearias el trasero. — Responde Josh. — Además queremos callar a Jordan Maxwell.

— Ya dejen de insistir. — Interviene Claire. — Jesse es decisión tuya si aceptas, pero primero debes ver como es la competencia con Jordan Maxwell sobre la vía. 

— Claire tiene razón, las cosas son diferentes, no como hace 7 años.

— Ok, ok, ok. — Dice Josh levantando sus manos al aire. 

— Iré a tomar algo. — Les informo. 

— ¿Beberás alcohol? — Pregunta mi amiga dudosa. 

— No, solo iré por agua. 

Me alejo de ella. 

Mis pensamientos se convierten en un remolino, atrapándome en su vorágine. Es como si hubiera retrocedido en el tiempo; aunque el entorno haya cambiado, mi interior se aferra a esa sensación juvenil, como si tuviera 15 años de nuevo.

Una oleada de emociones me embriaga, un cosquilleo recorre mi cuerpo mientras mi mente se llena de recuerdos y anhelos. La excitación se apodera de mí, y lo único que deseo en ese instante es tomar el volante de mi auto y sentir la libertad de la carretera. Es como si esa sensación de libertad y aventura se hubiera conservado intacta a pesar del paso del tiempo y las circunstancias cambiantes a mi alrededor.

Sin embargo me detengo en seco al ver tan horripilante escena, miró con desagrado y repulsión lo poco que se quieren estas mujeres cuando de un hombre se trata y desafortunadamente yo debía pasar a su lado. 

— Mejor busquen un motel. — Digo llamando la atención de ambos, pero los ignore por completo para poder comprar mi botella de agua. 

— Si quieres te puedes unir para un trío. — Respondió y colocó los ojos en blanco. — Te prometo que te gustara. 

— Lo único que me gustaría de ti es no ver más tu estupido rostro. — Me giro haciendo que mi larga melena se mueva con dramatismo.

— Vaya, vaya, miren lo que trajo el último grito de la loba. — Se mofa. — Jesse boba Carter. 

—  ¿Cuántos años tienes? ¿10?

— Los suficientes. — Responde. — ¿Qué te trae por aquí? 

— No es de tu incumbencia. 

— ¿Vas a competir? 

— No es de tu incumbencia. 

— Si lo vas a hacer te recomiendo no competir contra mi tengo un buen auto que derrotara el tuyo en minutos. 

Suelto una fuerte carcajada. 

— Había olvidado lo gracioso que eras. — Limpio las lágrimas falsas que salían de mis ojos. — Creo que debo aclarar tus recuerdos. — Me acerco de forma amenazadora a él. 

Pero la chica que yacía en su regazo se interpuso para proteger a su hombre. 

— Hazte a un lado. — Jordan Maxwell hace a un lado a su chica y me mira con una sonrisa burlona. — No te recomiendo pelear con ella. 

— Puedo acabarla en segundos. — Habló la chica. 

— Lo digo por ti. — Jordan le dice.

Una sonrisa autosuficiente iluminó mi rostro y eso a la mujer no le gusto.  

— Como te decía antes de que tu perra se interpusiera en mi camino. — Hablo mirando fijamente a la chica, pero ella no atacó. — Debo recordarte que soy la reina de este circuito, he pateado tu culo muchas veces, no me da miedo competir contra ti. 

— Claro, claro. — Hace un ademán con sus manos para restarle importancia. — Te fuiste hace 7 años, ya nada es como antes.

— Como sea. — Colocó los ojos en blanco. — Debo irme, tengo una noche que disfrutar. — Le guiño un ojo y salgo de allí meneando mis caderas.

NOTA

DRIFT O DRIFFTING 

El drifting consiste en utilizar el sobreviraje para que el vehículo se desplace lateralmente en las curvas

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