4 JORDAN MAXWELL

Un solo sentimiento es lo que me invade cada vez que veo a Jesse Carter desagrado, en serio. Es chica siempre tiene que ser el centro de atención donde quiera que vaya, y si, no negaré que siempre ha sido buena en cosas y detalles netamente masculinos, la he visto derribar a su hermano Gregory de 1.90 metros y por lo menos debe pesar unos 90 kilos de puro músculo.Y aun no entiendo de donde saca tanta fuerza esa mujer.

La he visto armar y desarmar motores como si fuera un simple rompecabezas. Jesse es una mujer que no necesita a un hombre para defenderse, porque ella es independiente. Y eso me causa repulsión, para mi vida yo quiero a una mujer que me busque porque me necesita para abrir la m*****a tapa de la jalea, que me necesite para alcanzar el más alto en los estantes, necesito a una mujer de verdad. No a una marimacho.

Pero ahora estoy aquí, viendo una variedad de anillos de compromiso junto a mi madre para poder entregárselo, en nuestra fiesta de “Compromiso” 

— Debes escoger una hijo. — Mi madre me codea para que eligiera de una vez por todas. 

— Este. — Señaló un anillo al azar.

— Jordan, ni siquiera colocas de tu parte, ese anillo está muy feo para ser de compromiso. 

— Entonces elige tu, madre. — Bufo para luego alejarme del mostrador de la joyería. — En primer lugar no debería estar aquí. 

— Jordan ya hablamos de esto. 

— Tantas mujeres que hay en esta vida, y la que me toca es la peor. 

— No digas eso cariño, puede que ella sea un poco masculina, pero sigue siendo una mujer muy bonita ¿Recuerdas cuando muchos chicos iban a tocar a su casa para invitarla a salir? 

— Y a todos les pateaba el trasero. Jesse no es una mujer a la que pueda controlar. 

Mi madre se gira bruscamente y me lanza una de esas miradas que dan miedo. 

— ¿Controlar? Jordan, tu padre y yo te hemos criado con buenos valores, no sabía que teniasis esa clase de pensamientos tan bizantinos. 

— Lo siento, utilice la palabra incorrecta, más bien, Jesse es una mujer independiente, que no necesitara de mí para ayudarla a hacer algunas cosas y seguramente seré el esposo trofeo. 

— Jordan si no te callas ahora mismo, yo misma me encargaré de hacerte la vida imposible. — Ataca. — La elección de tu padre tampoco me gustó, pero… si lo hizo sus buenas razones tendrá. — Se gira nuevamente para ver a la vendedora— nos llevaremos este. 

No podía evitar sentir una total indiferencia hacia el anillo de compromiso. Era simplemente un objeto, sin ningún significado real para mí, y dudaba que tuviera algún valor verdadero para ella. Levantarme de mi asiento para pagar por ese anillo, que seguramente costaría una fortuna dado el gusto excéntrico de mi madre, era una tarea que aceptaba sin emoción alguna.

El valor material de ese anillo no reflejaba ni remotamente lo que realmente importaba en esa situación. Era un gesto que parecía más una formalidad que un verdadero símbolo de amor o compromiso. Mi mente estaba en otro lugar, ajena a la ostentación y los símbolos vacíos de significado real.

Sentía una mezcla de resignación y desconexión mientras me preparaba para pagar por algo que no reflejaba lo que significaba para mí ese compromiso.

— ¡Jordan! — Una voz femenina conocida llamó mi atención.

Al girarme tuve que hacer una mueca parecida a una sonrisa. Ella se acercaba muy feliz en mi dirección

— ¡Claire! — imito con falsedad. 

— ¿Esa es la traicionera? — Preguntó mi madre. 

— Si. — respondo antes de que llegue hasta donde estábamos.

— ¿Cómo estás? ¿Qué haces por aquí? 

— Estoy con mi madre. 

— Mucho gusto señora, soy Claire Benson. — Le tiende la mano a mi madre. 

— Claro. — Mi madre agarra su mano por educación. — Es hora de irnos Jordan, tu prometida espera por ti. 

— ¿Prometida? 

El rostro de Claire se deformó lentamente hasta quedar en una mueca fría inquietante. Le lanzó una mirada de reproche a mi madre, pero esta simplemente se encogió de hombros. 

— Si, ten por seguro de que recibirás una invitación. — Eso fue lo único que pudo salir de mi boca. 

— ¡Claro! — Responde con una felicidad fingida. — Yo debo irme, señora, fue un gusto conocerla. 

— ¡Adiós querida! 

Claire sale casi que corriendo dejándome con un mal sabor en la boca, sin embargo era necesario tenerla lo más lejos posible de mí, la había tomado como un buen prospecto para tener una relación con ella, pero si fue capaz de traicionar a su mejor amiga por hombre, que se podía esperar para mi.

Mi teléfono comienza a vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón, era un número no registrado, frunzo el ceño y cuelgo la llamada, pero en cuestión de segundo volvió a vibrar. 

— ¿Quién es? 

— Yo, idiota. — De inmediato reconocí la voz de Jesse. 

— ¿Y qué demonios quieres?

— ¡¿Qué carajos le dijiste a Claire?! 

— No sé de qué me hablas. 

— Me llamó diciendo que te ibas a casar y que quería acampar en mi casa para saber quien es. 

— Dile que tu eres la afortunada. — me mofo. 

— Debo recordarte que me traicionó por ti y que si entra a mi casa la voy a agarrar de las greñas.

— Entonces dile lo que sabes y listo. 

— Eres un insensible. ¿Sabes cuantos años de amistad tuvimos Claire y yo? ¡Muchos! me duele que me haya traicionado, verla ahora mismo solo causaría más daño. 

— ¿Y cómo crees que reaccionará cuando se entere de que su mejor amiga se casará con su amor platónico? 

— ¿Está enamorada de ti? 

— ¿Encuentras otra razón para su traición? porque para mi es muy claro que está locamente perdida por mi. 

— Hablo en serio Jordan, Claire fue una persona mi y siento que la estoy traicionando a pesar de que ella… lo hizo conmigo. 

Hago una mueca.

— Siento que te haya pasado esto, pero el show debe continuar y tienes que alejarte de una buena vez por todas, sabes que en nuestras vidas no podemos tener a personas como ella.

— Sé lo que tengo que hacer. 

— Bien, entonces no me llames por estupideces. — Cuelgo la llamada. Y miro su numero de telefono. 

“Agregar contacto” 

Nombre: Esposa falsa

Guardo mi teléfono nuevamente, mientras que mi madre tiene una expresión de molestia.

El regreso a casa fue todo un martirio, porque alguna m*****a razón no me sacaba a Jesse y su situación Claire de la cabeza.

— ¿En que piensas? 

— ¿Qué? — salgo de mis pensamientos. 

— Hijo, te conozco, recuerda que yo te parí y se cuando te pasa algo. 

— No me pasa nada mamá, es solo que todo esto del compromiso me tiene un poco… no es lo que quiero madre. 

— Ya tu padre tomó la decisión y no hay vuelta atrás, ahora debes respetar a esa chica hasta el resto de tu vida, sabes como son los italianos. 

— Pero nosotros no lo somos. — Le recuerdo. 

— Pero ellos sí y debes respetar la unión. 

Hago una mueca de desagrado. 

Realmente no estaba entre mis planes casarme con mi nemesis. 

Afortunadamente ya nos encontrábamos en casa, dejó el auto estacionado y rápidamente salgo del auto para entrar, necesitaba ir al ring de boxeo para desestresarme un poco, sacar toda la impotencia que carga mi cuerpo dándole unos cuantos golpes al saco. 

Me coloque mi ropa para entrenar y bajaba al sótano de la casa, justo donde tenía todo mi gimnasio bien equipado, coloco mi playlist, la primera canción en reproducirse es Arson, de J-Hope. Lance los primeros golpes al saco, al ritmo de la canción, tal cual como lo había aprendido. 

El sudor comenzó a recorrer todo mi cuerpo por la actividad física, me deshago de mi suéter, quedando con el torso descubierto, esta era la mejor forma de desestresarme, pero sobre todo podía pensar con más claridad, cosa que necesitaba.

— No sabía que te gustaba BTS. 

Aquella voz femenina hizo que me detuviera en seco. ¿Qué carajos hacía aquí? La miro de reojo y sigo lanzando mis golpes. 

Jesse se coloca enfrente de mí agarrando el saco.

— Hazte a un lado, puedo golpearte.

— Vamos golpea, no me vas  a hacer ni un rasguño. 

— Hablo en serio mujer, hazte a un lado. 

— Jordán, lo que menos me importa en estos momentos es salir dañada, además tenemos que hablar. 

Bufo. 

— Apenas llevamos un día de relación y ya quieres terminar conmigo. — Lanzó el primer golpe al saco y Jesse no se movió, ni se quejo.

— Claire estuvo en mi casa hace una hora. — comienza. — La enfrente y no reacciono como esperaba. 

— ¿Y como esperabas que reaccionara? 

— Que me gritara y me reclamara, pero simplemente se levantó y se fue.

— Eso suena bien, no encuentro el problema. 

— ¿Tienes otros guantes? 

— Si, pero no te los voy a prestar. — Respondo para soltar otro golpe. 

— Tacaño. — Bufa. — Como sea, no sé qué tipo de represalias pueda llegar a tomar simplemente por celos. 

— Vaya, quien diría que la chica más ruda de la ciudad le tiene miedo a su indefensa amiga.

— Existen otras formas de hacerle daño a otra persona que la fuerza bruta. — coloca los ojos en blanco. — Si siendo mi amiga me delato, que me puede esperar ahora que literalmente soy su archienemiga. 

— ¿Tienes cola que te pisen? — Jesse se queda unos segundos en silencio, pero su mirada lo dice todo. — Mis otros guantes estan en aquel estante. — Señalo el estante. 

Jesse deja el saco y se acerca al estante, para colocarse mis guantes, así que es mi turno de tomar el saco para ella. 

— Suelta la sopa. — Le pido. 

— Claire sabe todos mis secretos. — Lanza el primer golpe, frunzo el ceño, ante la potencia del golpe. ¿Que como esta chica para tener tanta fuerza? — Tengo un alter ego que sale a luz de forma a menudo, pero en frente de mis padres, así que tengo miedo de que se enteren de todas las cosas que he hecho ¿Entiendes? 

— Primero que nada ¿Será catalogado como tonto cuando nos casemos? porque creeme que no quiero tener una reputación cuestionable por tu culpa. 

— Tu eres el que menos puedes hablar, eres un maldito gigoló, te acuestas con cualquier mujer que se levante la falda para que se la puedas meter. 

Rápidamente dejó el saco y empotró a Jesse contra la pared detrás de ella, me deshago de los guantes y la tomó de las mejillas. El aroma de su perfume penetró mis fosas nasales, las notas avainilladas me volvieron malditamente loco, pero no podía demostrárselo.

— Escúchame bien Jesse, que me vaya a casar no quiere decir que dejaré mi vida hecha a un lado, si una chica quiere levantarse la falda para que me la coja, lo haré y tu no podrás interferir en ello ¿Entiendes? 

A pesar de tener sus mejillas apretadas, una sonrisa se asomo en su rostro. Y en un movimiento rápido de su pierna y de su brazo, caí al suelo con ella encima de mi. 

— Entonces que te de igual, la posible cola que me puedan pisar. — Dijo tomándome de la mejilla tal cual como yo lo había hecho. — Yo también puedo jugar el mismo juego que tu. 

La puerta del gimnasio se abre de golpe. 

— ¡Oh, lo siento mucho, no sabía que iban a estar ocupados! — Dice Aliya con una mueca de diversión. 

— No te preocupes, ya terminamos. — Jesse se levanta de encima de mí para sacarse los guantes y acercarse al estante y dejarlos tal cual como estaban antes. — ¿Cómo va tu tarde? 

— No también como la de ustedes. 

— Bueno, entonces me voy. 

Jesse sale del gimnasio dejándome tirado sobre el suelo. Mi hermana se acerca con pasos suaves, y cuando esta cerca de mi, puedo ver la incredulidad plasmada perfectamente en su rostro. 

— Pensé que se odiaban. 

— Y así va a ser siempre. — Me levanto. — Solo tuvimos una discusión. 

— A mi me parecía otra cosa. — Se cruza de brazos. 

— ¿Qué vas a saber tú? 

— ¡Por Dios Jordan! — Aliya coloca los ojos en blanco. — Tengo 20 años, se lo que es el sexo. 

Enarco una ceja y me cruzo de brazos. 

— Será mejor que no digas más nada si no quieres que le diga a padre que te coloque un cinturón de castidad. 

— Si, si, si, como tu digas. — Hace un ademán con su mano. — Solo venia, porque Gus te esta esperando afuera. 

— M****a.

Salgo del gimnasio a pasos rápidos hasta llegar a la sala de estar. 

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