Sergio y Nohelia salieron del lado de su residencia caminando y llegaron al jardín donde estaba Marisa y Alexander. Ellos lo vieron llegar muy sonrientes, agarrados de la mano y se miraron entre sí.
—¿Acaso nos perdimos de algo?—preguntó Alexander alternando la mirada ente ellos.
—De nada, somos marido y mujer, y decidimos retomar nuestro matrimonio, ¿Qué es lo raro?.
—No hijo lo que tú padre dice es que están aquí y no con la nena en el colegio. —se apresuró a responde Marisa.
—Pues esa traviesa hoy se nos adelantó, o talvez se nos pegaron las sábanas. —dijo sonriendo.
Marisa lo vio diferente con ese brillo en sus ojos y esa sonrisa que iluminaba su rostro, ella estaba feliz de verlos así de felices y teniendo una vida normal como una familia.
—Padre, hace semanas que estoy poniéndome al tanto de las empresas, empezaré a hacerme cargo de todo para que tú y mamá se tomen unas vacaciones.
—Ma alegra mucho hijo que empieces a llevar tu vida con normalidad, pero no iremos de vacaciones