Liuba llegó a la mansión y fue directo a la habitación de Nikolay y Yegor, ya de casi dos años.
—Mis amores. ¿Se portaron bien?
—Mamá. —dijo Nikolay mostrando el celular en su mano.
Liuba miró el teléfono y lo revisó, miró cada contacto y encontró uno registrado con amor, Liuba sintió acelerar su corazón creyendo encontrar el número de su hermana en ese nombre amor.
—La tiene como amor. —se dijo y lo abrió, miró su número y sonrió.
—Yo soy su amor. —se dijo sonriendo y mordiendo su labio inferior y sintiendo una emosión en su pecho.
Salió de la habitación de juegos dejando a sus hijos con las nanas y fue a su habitación, fue al baño se duchó, se cambió y se puso una ropa muy insinuante.
Esperó a que Nikolay llegara mientras miraba su celular.
Las horas pasaron y Nikolay llegó, fue a su habitación y se metió al baño, se duchó y bajo la lluvia artificial cerró los ojos, Liuba no salía de su mente y cuando recordaba la palabra mi amor en su teléfono, sentía unos celos incontrolable.
—¡