Daniela
No he dejado de pensar en lo que ocurrió con Damián.
No puedo creer que me he dejado besar y tocar por el quién me inspira Ascó.
Estoy muy mal porque no puedo engañar a Hugo con ese tipo tan ruin quien me considera un objeto para desquitarse de su hermano.
—Amor te estoy hablando —Hugo me saca de mis pensamientos
Hace más de dos horas Vale y él llegaron.
La pequeña llegó agotada y mamá la llevo a acostarse, en cambio, yo me he dedicado a hablar con Hugo quien no deja de hablarme sobre la hacienda de sus abuelos.
A este hombre le fascina la vida en el campo.
—Estaba distraída ¿Cómo se portó?
—Muy mal—Él ríe
— ¿y tú como te portaste?
—Yo soy un angelito.
Él intenta unir sus labios a los míos, pero yo me alejé porque acabo de recordar mi enojó hacía él.
—¿Estás enojada conmigo?.
Negué con la cabeza —Parece que el enfadado es otro. Te fuiste sin despedirte de mí y no me has hablado en días.
—Dani yo...
Lo interrumpí—No quiero que me vuelva a ocurrir lo mismo, Hugo. Sí ya te ab