Daniela
Me siento muy mal porque no he dejado de discutir con David ni un solo instante.
Él se dedica a ofenderme o ignorarme.
Hace más de dos días ya no es cariñoso conmigo y no me dice que me quiere ni siquiera toca mi estómago.
Evita cualquier acercamiento conmigo e incluso se mudó a la habitación de huéspedes.
Salí de mis pensamientos cuando me percaté de que David está bajando las escaleras con una maleta en sus manos.
-¿Te vas?
Él asiente - Me voy a Estados Unidos de donde nunca debí salir-Responde serio
-¿Por cuánto tiempo? No entiendo nada, David, no tienes ningún viaje de negocios programado.
-No es un viaje de negocios, me iré para nunca volver. Ya me harte de este lugar y de ti me voy para siempre
¡Esto no puede estar pasando!
¡No puede ser real!
¡David no me puede dejar!
- No puedes irte y dejarnos, hacer de cuenta que nunca existimos. -Lleve mis manos a las suyas -David nos amamos, si tienes algún problema puedes hablarlo conmigo.
Él niega con la cabeza -Ese es el prob