Desde que desperté me he dedicado a ordenar el desayuno de David en su restaurante favorito además de darle de comer a Rocky quien cada día está más gordito y desastroso.
En este momento estoy dejando besos en su cuello debido a que él no desea despertar.
—Vamos flojito
—Cinco minutos más, mi vida —Me suplica lanzando un bostezo
—Mi amor ya preparé tu desayuno favorito ¿A caso me vas a rechazar?
— ¿Hasta cuando durará la Daniela cariñosa y melosa?
—Por 24 horas
—Entonces debería aprovechar
Me posicioné arriba de él y uni mis labios a los suyos en un beso lento y suave el cual él me siguió.
—Me fascina despertar a besos caprichosita, tú eres mi desayuno favorito.
—Ah si pues hoy desayunaras en la cama
Me dediqué a dejar besos y mordidas en su cuello mientras él me lo permite.
—Es una pena que nos interrumpieran anoche.
Él ríe —Muy pronto te lo compensaré, pero ahora debemos ir a la oficina.
—Está bien, pero te advierto que no me despegaré de ti en todo el día.
—Está bien con todo el