Por Elizabeth
Mónica me hace una seña para que la acompañe al baño.
Está compartiendo la mesa con Gonzalo y Sonia.
Realmente tiene que estar incómodo por no estar en la mesa principal y por estar acompañado por esa mujer.
No es que la desprecie, es hermosa y de verdad está con mi marido desde hace un año, debo haber fallado mucho yo, para que ella ni siquiera sea algo pasajero.
Tal vez lo fue y el orgullo y la estupidez le impidió volver, a eso se le suma que lo drogaba…
De todos modos es difícil perdonar, por más amor que le tenga, me siento humillada, es que le está demostrando a todos que me dejó y que tiene una amante.
Me está humillando públicamente, el abuelo está muy triste y el padre me dijo que me tranquilice, que todo iba a terminar y me expuso la misma razón que me dio Gonzalo a mí, aunque también está mal con su hijo.
-Eli, amiga, no pienses que te estamos traicionando al estar sentados con esa mujer.
Mónica está acongojada.
-Ya lo sé, Gonzalo, cuando pasa por casa asegur