Sebastian Goldberg
— ¿Está todo lo que necesitas? —pregunto a Emily antes de subir al auto, ella se pone sus lentes de sol y asiente con una gran sonrisa. Entramos en el tráfico de la tarde de un viernes, en una hora y media estaríamos en Los Hamptons dónde sus padres esperan por nuestra llegada.
— ¿Estás nervioso? —pregunta, era obvio mis nervios, después de meses de noviazgo y ahora, a un paso del altar, conocería a sus padres.
—Sí, ¿Segura que saben que vamos? —le pregunto en tono de broma para aligerar el ambiente.
—Sí, saben que iremos. —ella regresa la mirada al tráfico.
— ¿Segura, segura? —ella ríe divertida.
—Segura, has hecho que me vuelva a acercar a ellos, quizás este fin de semana pueda hacer las paces con ellos.
—Eso