Capítulo 30. Una negociación

—Tanta gente muriendo de hambre, eres una malagradecida. —dijo Fernando apretando sus dientes, luego tronó sus dedos, —Así que mi reina, se me va a bañar, se pone ropa bonita y se baja a desayunar conmigo. ¡Es una puta orden! ¡O yo mismo te bajo! ¡Tú decides a la chingada! —Natalia vio las intenciones de Carolina de abalanzarse sobre él, esta se levantó y se cruzó frente a ella.

—¿Qué le parece si miramos lo que está en el armario? Hay mucha ropa de su talla, muchos colores, quizás arreglándose un poco, levantamos ese ánimo—Natalia miró a Carolina, quien esquivó el cuerpo de ella para mirar a Fernando, este sin decir nada, se volvió para la salida y desapareció, dejando a las dos mujeres en la ha

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