Celestina nos preparó unas tazas de té mientras esperábamos a Maura y hablamos de la boda o más bien hablaban ellas de la boda y yo me limitaba a escucharlas.
Cuando escuché que llamaban a la puerta me levanté rápido del sofá esperando ver a mi hermana. Cuando llegué, Celestina le estaba abriendo la puerta, sonreí al verla y corrí a darle un fuerte abrazo.
—Te echaba de menos. —dije todavía entre sus brazos.
—No debiste separarte de mí.
Nos separamos y ella observó la casa asombrada, la entendía, a mí me pasó lo mismo la primera vez que llegué aquí.
—Uau, esto es precioso