85. Es hora de dormir chicos.
Lia observaba a Ian con unos nuevos ojos, ahora era el hijo de su pareja, y si, tal vez ya era un adolescente, un muy joven adolescente todavía, pero al fin y al cabo no era un niño al que habría que cuidar como a uno pequeño, pero pasaría a ser su madrastra cuando se casara con Evan. Tenía la edad que ella tenía cuando la adoptaron los Taylor, el destino a veces es caprichoso.
El camillero y la enfermera que estaba ahí vieron a los padres.
—Podría solo quedarse una persona, pero más no.
El padre no pudo quejarse, además no tenía el corazón para oponerse a nada de lo que dijera Evan, además Ian parecía feliz de que Evan y Lía pasarán tiempo juntos.
—Vamos, Marjorie, parece que a estos viejos ya no, nos necesitan.
Ian rodó sus ojos al escuchar a su padre.
—Nada de eso, yo solo veo por mi tranquilidad, ¿Es que acaso no conocen a Evan cuando algo le aqueja?
El padre de Evan asintió, ya que si, su hijo era difícil de apaciguar, si no le daban algo tras haberse portado bien.
— Si claro me