Anthony regresa al hotel con Lucy en brazos, fingiendo que está dormida. La pequeña lleva la cabeza apoyada contra su pecho, y aunque su respiración es tranquila, él sabe que no está completamente en el mundo de los sueños. Al entrar a la habitación, percibe algo distinto en el ambiente. La habitación está limpia, las maletas ya están cerradas y listas, pero hay una tensión evidente en ella. Giulia está ayudando a Katherine a guardar las últimas cosas, pero hay algo extraño en la actitud de la pelirroja. No es su presencia lo que la inquieta, es algo más.
—Regresaremos a la casa, cara mia —anuncia Anthony con naturalidad. Aunque sus palabras son simples, siente un deseo irracional de cruzar el espacio entre ellos, tomarla entre sus brazos y besarla. Pero se contiene.
—¿Ya solucionaste el problema? —pregunta Katherine mientras extiende los brazos para recibir a Lucy. La niña, que estaba fingiendo tan bien como su padre, se despierta de inmediato.
—¡Mami! Quiero ir al baño —proclama con