Maratón 3/3
Dakota
La tensión está en el ambiente y es que estoy segura de que ninguno de los dos sabe cómo lidiar con la situación.
Me voy hasta la ventana que conecta con el jardín y le doy la espalda esperando que sea él quien comience la conversación, pero de repente siento sus manos en mi cintura y su respiración en mi cuello.
—Siempre me pregunté ¿Cómo sería tener una familia completa?— no sé a qué va todo esto, pero lo dejo continuar —Aunque nunca se lo comenté a nadie, siempre quise una de esas familias que aparecían en los cuentos que me leía Nana. Esas dónde siempre tenían un final feliz.
Me da la vuelta y quedó mirándolo de frente. En esta posición todo se siente más vulnerable.
—resulta que casi toda mi vida he odiado a una persona que no tenía culpa de nada, ¿Y sabes que es lo peor? Que aunque no tiene la culpa, o al menos en parte, no puedo perdonarla.
Imagino que se refiere a su madre, a esa que un día consideré mi suegra y que le tuve bastante aprecio. Que