Mientras conversaban, Luíza recuperó la conciencia, llevándose la mano a la cabeza por la caída. Miró al hombre frente a ella y recordó lo que acababa de pasar. Se levantó asustada, mirando a todos lados como si buscara algo o a alguien. Liam se acercó a ella, sujetándola por los hombros.

—Cálmate, mi amor, necesitas estar tranquila. Te desmayaste, pero estás bien, ¿de acuerdo? —dijo, mirándola a los ojos.

Luíza comenzó a temblar visiblemente, mientras miraba a su alrededor en el apartamento, como si hubiera visto una aparición. Estaba muy asustada y su voz temblorosa salió casi como un susurro.

—¡LO VI!

—Viste, mi amor. Fue exactamente lo que viste. No solo tú lo viste, todos lo vimos. Era de eso de lo que intentaba hablarte. Y ahora, mejor aún, porque tendrás la certeza de lo que te digo. Estabas completamente equivocada al pensar mal de mí y de Beatriz. Cuando te cuente toda la verdad, te avergonzarás por el escándalo que armaste en este apartamento. ¿Ves a este hombre aquí frente