Capitulo 49

Ezekiel y Bernard están al frente, sentados tan quietos como maniquíes.

Bernard está mirando el horizonte.

Ezekiel finge estar absorto en su teléfono.

Ambos hombres están actuando como si nos estuvieran dando privacidad.

Avergonzado, me alejo. —Lo siento mucho —le digo a Kendrew, mientras el pánico me quita el oxígeno de los pulmones—. -No me di cuenta de que me había quedado dormido-.

Los músculos de su mandíbula funcionan como si estuvieran jugando a saltar la cuerda.

Estrecho mis ojos hacia él. Mi voz se eleva en acusación. -¿Por qué no me arrancaste la cabeza?-

-Vamos.- Empuja la puerta para abrirla, agarra el humidificador y sale.

Salgo del auto y lo detengo en la acera. -Whoa, ¿a dónde crees que vas?-

-A tu lugar-

Casi se me saltan los ojos de la cara.

-Esto es pesado.- Levanta la caja en sus brazos. Su tono es seco. Como si yo fuera el molesto que debería ver lo obvio.

-Está bien.- Trato de pasar mi brazo alrededor de la caja para quitársela.

Se aferra obstinadamente.

Kendrew.

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