Capítulo 34 — Una foto inesperada.
- ¿Vivienne?
sonó la voz de Angélica, despertando a la rubia de su breve trance.
Estaba absorta en sus pensamientos y en la última vez que había visto a Vittorio, cuando habían echado un delicioso polvo en su despacho.
Vivienne estaba dispuesta a vivir aquella aventura con él, al menos por el momento. No podía negar lo mucho que aquel hombre la volvía loca en todos los sentidos, y rendirse a su control en la cama no estaría tan mal.
- ¿Viv? - volvió a gritar Angélica.
- Lo siento, estaba distraída. - Dijo el abogado, notando unas carpetas en las manos de Angélica.
- ¿Qué son? - Preguntó con curiosidad.
- Son los expedientes que me pidió. - explicó Angélica. - Del señor St James.
Viv la miró sorprendida, Angélica lo había conseguido.
- Muchas gracias, Angélica. Puedes dejarlos ahí arriba. - pidió Viv y Angélica obedeció, dejando los expedientes sobre su escritorio.
Vivienne se levantó, cerró la puerta del despacho y se dedicó a los archivos.
Permaneció allí durante horas, revisando