¡Es como golpear una roca con un huevo!
—¡Maldita sea! ¡Eres demasiado arrogante! ¿Cómo te atreves a desafiar a Mariano? ¿Quién te dio tal osadía? —Maritza soltó una risa siniestra.
Aunque sorprendida, la actitud suicida de Pedro le venía bien.
Ella deseaba verlo morir a manos de Mariano.
—¡Sr. Pedro! ¡Por favor no! ¡Deja de hablar!
Josué, volviendo en sí, se asustó tanto que se puso pálido y le temblaban las piernas, casi cayendo de rodillas.
¡Este era un chiste que había ido demasiado lejos!
Desafiar a Mariano, ¿no era eso como buscar la muerte encendiendo una vela en el baño?
—De todos modos, el odio ya está ahí, es mejor resolverlo pronto. Pregúntenle a Mariano a ver si se atreve a aceptar el desafío —continuó Pedro, sorprendiendo a todos.
Tenía serios conflictos con la familia Trejo, y en lugar de venganzas mutuas, prefería resolverlo de una vez por todas.
Si Mariano era el emblema de la familia Trejo, entonces lo derrotaría y pondría fin a todo.
¡De una vez por todas!
—¡Pedro! ¿R