Capítulo 24
— ¡Lo sé! ¡Seguramente fue el señor Fuentes el que nos ayudó!

Parecía que Juana había recordado algo porque dijo de repente:

—Después de llamar a la policía, también llamé al señor Fuentes. ¡Debe haber sido él quien pidió ayuda al presidente Rajoy!

—¿Jaime?

Leticia movió las cejas y dudó.

—¡Exacto! El único que puede ayudarnos y que es capaz de pedir al presidente Rajoy es el señor Fuentes —explicó Juana, considerándose intachable.

—Probablemente tengas razón —asintió Leticia.

Mientras hablaban, un Ferrari rojo se detuvo en la carretera.

Se abrió la puerta y Jaime, vestido de forma elegante, bajó rápidamente.

—Leticia, ¿estás bien? He venido tan pronto como recibí la llamada —dijo Jaime, preocupado.

—Señor Fuentes, muchas gracias por su ayuda, de lo contrario, la presidenta García estaría en peligro —agradeció Juana.

—¿Mi ayuda?

Jaime se quedó atónito y no reaccionó.

—Sí. El presidente Rajoy llegó hace poco. Apareció y salvó a la presidenta García —dijo sonriendo Juana.

—¿
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